sábado, 20 de junio de 2009

CRITICA SOBRE EL NUEVO DISCO: THE HIGH END OF THE LOW























Sétimo álbum de estudio
El fuego sigue encendido en Marilyn Manson








Por: Ana María Parra A.


Con The High End of Low, Marilyn Manson parece encontrar, al fin, la chispa adecuada. Amado por unos y rechazado por los sectores conservadores, el estadounidense da en el clavo en la reinvención de su propio sonido, sin soltar su estética








La dicotomía ambulante, ese hombre con boca color carmín, Marilyn Manson, está de vuelta para aliviar la sed de quienes han esperado dos años un nuevo álbum de estudio.
Lo más fácil era pensar que Marilyn Manson repetiría las fórmulas que lo llevaron a que Sweet Dreams fuera candidato a los MTV Video Music Awards, que pisara sobre las mismas huellas de Beautiful People o Rock is Dead, con las cuales el mercado le rindió pleitesía. Pero, no.








The High End of Low tiene poco del pasado y es abundante en aciertos en la reinvención de un personaje, ya de por sí muchas veces resucitado.








Dentro del sonido metal industrial que todavía prevalece en Marilyn Manson, el hombre y la banda, hay una diversidad sonora que dentro de su contexto rompe sus propios modelos.
Este The High End of Low supera por mucho lo que Marilyn Manson ha publicado desde el Mechanical Animals . Hay una fluidez sonora que faltaba en álbumes como The Golden Age of Grotesque –que les costó hasta un miembro de la banda– o del Eat Me, Drink Me (2007), que tenía algo que parecía forzado.
Este The High End of Low es de tránsito fluido en un paraje nada homogéneo, donde no hay demasiados adornos pero sí precisión.




















¿Rabia? Por supuesto, pero usada a favor porque, al fin, Marilyn Manson corre riesgos. Hay dejos atrevidos como una intro progresiva que engaña haciéndose pasar por canción, como lo es Devour que abre el disco, o 15 (muy en honor a Nine Inch Nails).
Aparece en este disco un Marilyn Manson que demuestra que también puede enfrentar baladas. Buenos ejemplos son la dramática Into the Fire y el corte punta de lanza, Running to the Edge of the World, donde la voz de Manson, con soporte de las guitarras y efectos ambient , carga todo el peso de la progresión emocional.
Hay acentos marcados de música electrónica pero que, inteligentemente, son dominados por un mood de glam rock en varios cortes.
Al final, ese es el talento de Marilyn Manson: no dar pie a ser engavetado. Hay una que otra canción, como Leave a Scar , de clara tendencia hard rock , pero no es suficiente para definir todo el disco.
Con este The High End of Low , Manson jamás podría haber entrado en la lista de los 100 mejores vocalistas de la historia del Heavy Metal Hit Parade o ser, según VH1, la 78ª mejor banda de rock entre los 100 grandes artistas del hard rock . como ya lo había hecho. Sin embargo, sí podría dar la pelea en un género que anda sin bautismo. Y eso es un cumplido.
Con los discos anteriores no era tan fácil darle la razón a Jon Wiederhorn de MTV.com. Con este The High End of Low, Marilyn Manson está más cerca de la calificación de Widerhon en el 2003: “El único y verdadero artista de hoy”.
Marilyn Manson no fue un bocón al comentarle a la revista Revolver , en febrero pasado, que este The High End of Low “trapeará el piso con todo lo que he hecho antes”. Dicho y hecho.








































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